Tuesday, September 20, 2005

Prologo

PROLOGO


“Algo que tengo que hacer, antes de salir de casa el día que todo esto pase, es asegurarme de coger esta libreta. Pero no puedo dejarme una nota que me recuerde donde tengo la libreta que he escrito para poder acordarme del plan, seria como dejar un camino de pistas fáciles. El perito lo iba a tener demasiado fácil para descubrir que el incendio no fue un accidente. Mierda, todo son problemas. ¿Y si llevo la libreta encima? Eso seria demasiado arriesgado, una gilipollez. ¡Ya se! Lo más lógico es quemarla en el incendio. Incluso podría usarla para encenderlo, podría ser una divertida paradoja… o una buena historia para mi compañero de celda si me cogen. En cualquier caso es absurdo, nunca quemaré mi casa, ni siquiera tengo seguro.”

Esto es lo que pensaba cuando salía de casa hacia la correduría de seguros. Allí todo fue muy fácil, se morían por vender seguros y yo ni siquiera sabia si podría pagarlo, suena absurdo, ¡POR QUE ES ABSURDO! Luego a trabajar en la misma mierda de siempre: camarero.

Hace un par de años que me cansé de decirle a todo el mundo que, en realidad, quería ser director de cine. De hecho decía que ya lo era y que ese trabajo era solo temporal “ya sabes, hasta que de el gran paso” o “estoy reuniendo para hacer una peli independiente, paso de esas mierdas de los productores” también tenía la de “ahora mismo estoy con una idea que se venderá muy bien,…. No puedo contártela por que aún se está gestando”. Dios sabe lo que era, un mentiroso o un iluso.

Me imagino que estaréis pensando “si este se hace un seguro de hogar es que tiene una casa, ¿y cómo un tío como este puede tener una casa?” bueno técnicamente no hace falta que la casa sea mía para poder hacerme un seguro de hogar. Aunque en este caso sí que lo es. La heredé de mi abuela. Era una loca hija de puta forrada de pasta que vivía de la renta de un buen montón de apartamentos que su marido, mi abuelo(al que nunca conocí), le dejó. El caso es que hace poco la vieja palmó y heredé un piso en el centro de Madrid que ni siquiera sabíamos que tenía. Desde entonces, adopté más o menos su misma filosofía de vida y vivo del alquiler de las habitaciones. También curro de camarero a tiempo parcial con lo que no me saco más de 500 euros al mes. Entre todo unos 1500 al mes, conociéndome es mas de lo que nunca pensé que podía llegar a ganar en mi vida, soy un tipo bastante patético.

De todas formas creo que no quemaré mi casa, podría venderla, creo que le sacaría más así. Quizás valga cien kilos. Podría hacer algo con ese dinero, o podría fundírmelo y volver a no ser nadie. Podría hacer una película, o podría ser realista, en caso de que esta fuera algo decente, no dejaría de ser una película española que no duraría ni un fin de semana. Y soy demasiado acojinado como para perder mi única garantía de vida. Además no se me ocurre nada que suponga trabajar menos, vivir mejor y que este al alcance de mi mano que esta casa.

Ahora os hablaré de mis compañeros de piso, y técnicamente inquilinos:

Está Irene, es de Pontevedra. Piensa que de alguna forma somos parientes y se siente un poco dueña de la casa por que mi abuela también era de Pontevedra, ningún parentesco, lo he investigado. Además la abuela propietaria de la casa no era esta. En cualquier caso a ella le gusta vivir esa fantasía y a mi no me importa, la exterioriza convirtiéndose en una especie de ama de casa. Irene es una chica… bueno, especial. Estudia educación infantil.

Luego esta Jorns, es noruego. Un gran tipo, vino de Erasmus hace un par de años y aquí sigue, creo que no habla español (y mi ingles ha mejorado mucho gracias a él)

Y finalmente César. Es mi compadre, mi autentico colega. Vive en casa desde el principio. Siempre congeniamos. Paga la menos que los demás, pero ese es nuestro pequeño secreto. Es un buen tipo, trabajaba conmigo en el restaurante, pero lo dejó cuando empezó ganar más pasta vendiendo coca y pastillas a sus colegas, y acabó siendo un camello cotizado y pasándole a la “gente del cine”. Siempre me anima a que siga con mi “carrera”. Hasta me lleva a las fiestas a las que le invitan y me presentaba como “una joya por descubrir”.

Lo único que realmente es capaz de joder esta adorable existencia es mi madre. Me llama todos los días para decirme que mi vida es una mierda y que debería hacer algo con… el resto no me lo sé, siempre cuelgo cuando llega a esa parte. Creo que en los últimos años lo único que me ha oído decir es “Dime”.

Con todo he de decir que me aburro bastante. Además estoy bastante Gordo y no echo un polvo desde hace más de un año. Definitivamente soy un tipo bastante patético.
Poniéndoos en precedentes me siento mucho más tranquilo para empezar a contar esta historia.

2 comments:

Anonymous said...

¡Larga vida a los apologetas del patetismo!...¿No es grandiosamente absurda esta insoportable levedad del ser?

Anonymous said...

Shavlote...increible relato bastante veridico...aunque yo no creo que tu vida sea tan patetica...y si lo es vente para sevilla que aqui en el centro se vive de arte...